El objetivo de este artículo es acercar al lector información sobre aspectos relacionados con el proceso de normalización lingüística en el territorio del euskera o Euskal Herria. Lejos de pretender mostrar un retrato completo y exacto del proceso en el que estamos inmersos, me conformaré con que la información que expondré a modo de flash, ayude al lector a ampliar su visión respecto al euskera y su país.
En los territorios pertenecientes actualmente a los estados español y francés, tras el letargo de ambas posguerras, hace ya algo más de cincuenta años que se inició la construcción de los pilares en los que se basa el actual proceso de revitalización del euskera. En la parte peninsular del país, la Constitución del 1978, así como las nuevas legislaciones de la Comunidad Autónoma Vasca y Navarra, supuso más que una oficialidad equitativa, la previa y necesaria apertura y tolerancia hacia el euskera en sus nuevos ámbitos de uso y conocimiento, cuyas consecuencias no pasan desapercibidas:
– Según los datos de la V. Encuesta Sociolingüística, la población de 16 años o más en Euskal Herria es de 2.649.000 habitantes, de los cuales el 27 % es bilingüe, el 14,7 % bilingüe pasivo y el 58,3 % monolingüe o no vascoparlante. Por lo tanto, actualmente hay 714.000 personas bilingües en Euskal Herria.
– En los últimos 20 años, entre 1991-2011, la cantidad de bilingües ha crecido en 185.600 hablantes y la cantidad de monolingües no vascoparlantes se ha reducido en 140.239 hablantes.
– La enseñanza en euskera es cada vez más la opción elegida por los padres tanto en los sistemas educativos del País Vasco peninsular (incluyendo Navarra) cómo del continental.
Sin embargo, las recientes estadísticas indican que el impulso inicial de las décadas anteriores ha llegado a su ocaso:
– Según la última encuesta que midió el uso del euskera en las calles, el uso del euskera no ha aumentado en la última década, se ha estancado. Por lo tanto, el aumento de la cantidad de bilingües contrasta con el estancamiento del uso del euskera a nivel de calle.
– Un estudio reciente realizado por el Clúster de Sociolingüística en los municipios euskaldunes de la Comunidad Autónoma Vasca, para conocer la evolución lingüística entre los años 1981-2011, muestra que el euskera está retrocediendo, puesto que van en descenso tanto el porcentaje de euskaldunes o vascohablantes, el uso del euskera en el hogar y el porcentaje de habitantes que tienen el euskera como primera lengua.
– La falta de referentes también se hace notar. El uso del euskera entre los representantes deportivos, culturales, institucionales en general, en ruedas de prensa y en la mayoría de actos públicos, sigue subordinado al uso del castellano o el francés, según el territorio. Trabajos de investigación aplicada como Eralan 3, llevados a cabo en colaboración con diversas entidades, muestran la voluntad y necesidad de dar un paso adelante proponiendo nuevas lecturas y estrategias para superar las dificultades que se prevén a la hora de avanzar en el empleo del euskera en los actos públicos y ruedas de prensa.
– Artículos de opinión como este de Joxerra Garzia, publicado recientemente en el semanario Argia, dejan al descubierto que los medios y las instituciones creadas a través del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Autónoma Vasca, siguen sin estar orientadas a favorecer la normalización lingüística. En este caso, hace referencia al canal de radio-fórmula perteneciente al ente público vasco de radio-televisión, criticando el escaso nivel del euskera empleado por sus locutores y proponiendo como instrumento válido para socializar en euskera un registro juvenil de calidad.
Los diversos procesos de reflexión que los movimientos sociales en favor de la normalización del euskera están llevando a cabo en entidades como Euskaltzaleon Topagunea, Kontseilua y Euskal Herrian Euskaraz, dan buena muestra de la inquietud existente, reconociendo que es hora de renovar las estrategias, los discursos y las interpretaciones legislativas. Apuntando en la misma dirección, el suplemento Larrun del semanario Argia, recientemente publicaba un ejemplar dedicado a la necesidad de renovación del conjunto que engloba a todas las entidades y actividades dirigidas en favor de la normalización lingüística y cultural. Por lo tanto, ya se habla abiertamente de abrir paso a un nuevo ciclo. Ejemplo de ello son los siguientes trabajos:
– Iñaki Martinez de Luna: Euskarak duen Framing Berri baten premia asetzeko proposamena. Bat Soziolinguistika Aldizkaria, 86 (pág. 13-83)
– Jon Sarasua: Hiztunpolisa. Pamiela, 2013
– José María Sánchez Carrión, Txepetx: (Re)pensar o discurso (pág. 95-135), 2011
– Y para muestra un botón: la edición número 19 de la Korrika, iniciativa masiva a favor del euskera que se repite cada dos años, tuvo como lema Euskahaldun!, expresión con reminiscencias feministas que hace referencia a la idea del empoderamiento, lingüístico y cultural en este caso.
Todo lo mencionado anteriormente nos da a entender que de nuevo la comunidad lingüística euskaldun o vascohablante se encuentra inmersa en una transición. Es probable que este sea el momento del euskera, momento que para atravesarlo le exigirá seguir apostando por la apertura, la experimentación y su posterior sistematización, para poder desarrollarse plenamente en la complicidad con los hablantes y las lenguas con las que comparte su territorio. De que lo haga acertadamente depende su propia existencia y probablemente la de muchas comunidades lingüísticas del suroeste europeo.
Imanol Miner Aristizabal
Técnico de normalización lingüística, miembro de la dirección de Euskaltzaleen Topagunea y glosófilo